Puede decirse que “El Product Placement” o emplazamiento de productos se inicio en el año 50, cuando como forma de publicidad no convencional, se situaban marcas, logos o productos publicitarios en espacios destinados al ocio o al entretenimiento, estratégicamente colocados, de una forma natural, sin que ello adulterara la acción de la secuencia audiovisual.
Se utilizó en un principio en el cine y en la televisión, ampliándose a medios tan heterogéneos como la música popular, los videojuegos, dibujos animados e incluso la literatura.
Aparecen de una forma evidente, en un lugar visible al espectador, en un entorno que se asemeja al nuestro dándole mayor realismo y permitiéndonos observar la utilización del mismo, por lo que no considero que haya que tacharlo de publicidad subliminal. Los telespectadores lo preferimos a otras técnicas publicitarias.
Fue creado como un sistema para poner remedio a la progresiva disminución de efectividad de los anuncios televisivos tradicionales, principalmente debida a la saturación de spots y al zapping que evita ver comerciales. Además en la franja comercial, el telespectador aprovecha para hablar por teléfono, comer o simplemente ir al baño.
Los anunciantes utilizan el emplazamiento de sus productos en series o películas cuyo público se parezca al segmento al que pretenden llegar, que las apariciones estén acordes a la imagen de marca y con un tiempo de visibilidad que permita al espectador percatarse de la inserción.
La apreciación de los espectadores es a veces inconsciente, puesto que pocas veces va a verse un detalle del producto. Se muestra como un elemento más de la escena.
Si el producto audiovisual tiene la audiencia suficiente el emplazamiento de producto es rentable. Al no afectar al desarrollo de la trama televisiva que se esté viendo, siempre y cuando no se vea forzado el objetivo de publicitar, ya que su abuso puede originar rechazo en el televidente, dotando de coherencia el emplazamiento del producto y aprovechando el prestigioso del personaje que aparece en escena, la efectividad de la publicidad se intensifica. La aparición del producto debe de ser breve para evitar una saturación que sería perjudicial para las partes.
Aunque no se puede predecir qué influencia tiene sobre la elección final del consumidor, es bastante más económico que la publicidad tradicional y es contemplado por millones de espectadores dentro de un producto televisivo que es de su agrado, provocando una mayor receptividad.
Se utilizó en un principio en el cine y en la televisión, ampliándose a medios tan heterogéneos como la música popular, los videojuegos, dibujos animados e incluso la literatura.
Aparecen de una forma evidente, en un lugar visible al espectador, en un entorno que se asemeja al nuestro dándole mayor realismo y permitiéndonos observar la utilización del mismo, por lo que no considero que haya que tacharlo de publicidad subliminal. Los telespectadores lo preferimos a otras técnicas publicitarias.
Fue creado como un sistema para poner remedio a la progresiva disminución de efectividad de los anuncios televisivos tradicionales, principalmente debida a la saturación de spots y al zapping que evita ver comerciales. Además en la franja comercial, el telespectador aprovecha para hablar por teléfono, comer o simplemente ir al baño.
Los anunciantes utilizan el emplazamiento de sus productos en series o películas cuyo público se parezca al segmento al que pretenden llegar, que las apariciones estén acordes a la imagen de marca y con un tiempo de visibilidad que permita al espectador percatarse de la inserción.
La apreciación de los espectadores es a veces inconsciente, puesto que pocas veces va a verse un detalle del producto. Se muestra como un elemento más de la escena.
Si el producto audiovisual tiene la audiencia suficiente el emplazamiento de producto es rentable. Al no afectar al desarrollo de la trama televisiva que se esté viendo, siempre y cuando no se vea forzado el objetivo de publicitar, ya que su abuso puede originar rechazo en el televidente, dotando de coherencia el emplazamiento del producto y aprovechando el prestigioso del personaje que aparece en escena, la efectividad de la publicidad se intensifica. La aparición del producto debe de ser breve para evitar una saturación que sería perjudicial para las partes.
Aunque no se puede predecir qué influencia tiene sobre la elección final del consumidor, es bastante más económico que la publicidad tradicional y es contemplado por millones de espectadores dentro de un producto televisivo que es de su agrado, provocando una mayor receptividad.
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